Esta semana hay movilizaciones y actos en todo el mundo en defensa del futuro del planeta y de un mundo más justo.
La crisis climática pone en riesgo nuestra propia existencia, impactando especialmente en las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo, así como en el resto de seres vivos que habitan el planeta.
No hay plan B porque no hay Planeta B.
En el caso de la región mediterránea, una de las más vulnerables ante el cambio climático, si no se limita el incremento de la temperatura media global en 1,5ºC, las consecuencias para las generaciones presentes y futuras serán catastróficas: